Varios meses después de sacar a la calle nuestro último disco se planteó la necesidad de presentarlo en algún escenario de Capital Federal y a partir de esto comenzó nuestra búsqueda para encontrar el lugar indicado.
Nos encontramos entonces frente a varias situaciones que decidimos informar porque lo creemos necesario para llevar a cabo esta fecha.
En primer lugar nos encontramos ideológicamente en contra de la sponsorización del rock porque creemos que el arte no debe ser contaminado por intereses económicos.
A partir de esta premisa empezamos a buscar un lugar para presentar nuestro disco, barajando distintas alternativas como el Microestadio Etchart de Ferro y otros microestadios en Capital y Gran Buenos Aires. Debido a cuestiones de infraestructura, de acústica y por la sistematización del circuito del rock que no permite habilitar nuevos lugares (ni para 100, 200 ó 5000 personas) elegimos presentarlo en el (ex) Estadio Obras Sanitarias el día 7 de octubre.
Recordando las enseñanzas de Don Juan nos dimos cuenta que desde que nacemos nos dicen una y otra vez que el mundo funciona (y es) de una determinada manera y que no existe otra forma posible de pensarlo o vivirlo.
Una vez consumada esta idea pensamos que la forma en que queríamos llevar a cabo este recital debía ser orientado a quienes les gustaba e interesaba la banda y su música, y que no queremos ser protagonistas de una situación ficticia donde a través del bombardeo de publicidad se busca sugestionar al público para que llene el lugar, donde muchas veces terminan (o se consigue que muchos terminen) asistiendo a un show debido a la presión de los medios y no al interés genuino que tienen por el grupo.
Debido a esto, para realizar esta fecha decidimos hacer publicidad de contacto directo, incluyendo volantes, carteles y nuestra página de internet, porque creemos que la mejor publicidad es el boca en boca y dar siempre lo mejor arriba del escenario. De esta forma vamos a necesitar de la ayuda de quienes sientan a la banda como nosotros, de los que hacen que nuestra voz, sin la suya, no suene igual.
Gracias a este ahorro en publicidad y luego de arduas negociaciones frente a la imposición de un precio fijo conseguimos un precio de entrada general acorde a como nos venimos manejando y a lo que creemos vale el espectáculo que vamos a brindar.
A su vez, y en búsqueda de recuperar la mística perdida del estadio decidimos hacernos cargo de la ignifugación de las banderas para así disfrutar de un show con este ingrediente de color que (nosotros) lamentamos haber perdido en los últimos tiempos.
Creemos que este viaje hoy nos lleva hasta este lugar pero de la forma en que nosotros nos sentimos honestos con nosotros mismos, buscándole una salida al embudo del sistema y caminando por donde vamos los “perdidos”, sin camino, por la vereda de enfrente.
“La Revolución está en las mentes”
EL BORDO
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