27 de octubre de 2010

El Bordo sigue pateando el tablero para empezar de nuevo

Miércoles 27 de Octubre de 2010 | La banda de rock lanzó un disco conceptual con una apuesta fuerte al arte de tapa. Una evolución continua que, por ahora, no se detiene, aunque el ímpetu juvenil empieza a bajar

"Nuestra característica fue siempre patear el tablero y arrancar desde un lugar diferente del que habíamos dejado". Pablo Spivak, bajista de El Bordo, explicó las variaciones que evidencia la banda de un disco a otro.

En su último trabajo -"Historias perdidas"- esa tendencia a cambiar abarca la línea conceptual que atraviesa las 11 canciones, y también el empaque del disco, que reproduce un viejo grabador de cinta. Ese es el álbum que el viernes presentará la banda en Robert Nesta Club.

"Concebimos nuestros discos como obras únicas, con la idea de que si alguien revisa nuestra discografía dentro de 20 años tenga una foto clara de cada una de nuestras etapas", explicó Spivak en diálogo con LA GACETA.

El Bordo se formó casi por casualidad en 1998, cuando un grupo de compañeros de la secundaria se juntó para tocar en una fiesta.

"Todo esto se produce un poco a conciencia y otro tanto porque se da así. Pensá que estos cincos discos los compusimos entre los 19 y los 27 años, y son etapas en las que uno cambia mucho, va creciendo y trata de probar todo lo que conoce o sabe", apuntó.

En la lista de causales de los cambios figura que en estos 12 años El Bordo recorrió el país y tocó cientos de veces en Buenos Aires. "Se percibe una maduración musical, que le aporta una madurez general a la banda -destacó el bajista-. Vamos estabilizándonos. Venimos buscando un sonido que creo que está cada vez más cerca y tal vez encontremos una fórmula que nos conforme".

Spivak admite que editar discos no es un negocio, y mucho menos cuando la inversión es tan grande como en "Historias perdidas". "Le damos bolilla al arte como algo extra, pero no como un recurso para enfrentar la falta de ventas, sino porque nos gusta la idea de que quien lo compre lo escuche y pueda disfrutar también del objeto", argumentó.

Este disco cuenta la historia de una pareja disuelta 25 años antes, que va reconstruyéndose a partir de las cartas que no se enviaron tras separarse.

"Una amiga nos contó la historia y nos impactó, y a partir de ahí surgió una canción y después las demás -reveló Spivak-. El arte de tapa tiene que ver con eso, con la idea de que esto ocurrió en los 70, y que el tipo de grabadores que reproducimos es el que se usaba en esa época. Pensamos que el disco es una especie de diario íntimo grabado".

Fuente: La Gaceta de Tucumán

Gracias a los amigos tucumanos, que me hicieron llegar el artículo.

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