20 de diciembre de 2010

"Sin la música estaríamos muy frustados"

La banda de Capital Federal le contó en exclusiva al suplemento Crónica Rock el proceso creativo de su último video "Adonde vas".

Por Julieta Miguelez

Almagro es el barrio porteño que junta todos los martes a los pibes de El Bordo a ensayar. Ellos son Ale Kurz en voz y guitarra, Diego Kurz en guitarra, Leandro Kohon en armónica, Miguel Soifer en batería, Pablo Spivak en bajo y Pablo Fortuna en saxo.

Hasta allí se trasladó Crónica Rock para conversar sobre la actualidad de la banda y su visión sobre algunas temáticas sociales.

“A dónde vas” es el reciente video lanzado por El Bordo. Con el ojo puesto en la fotografía y la imagen, en él se muestra a una chica que emprende un viaje: “Sugerimos la idea de alejarte un poco de la ciudad, de irte. De eso habla la letra. Nos inspiramos en la película ‘Into the wild’, dirigida por Sean Penn”, comienza la charla el batero Miguel Soifer. Por su parte, el armoniquista Leandro Kohon agrega: “En videos anteriores tuvimos diferentes intenciones. O tenés una historia clara que contar o simplemente cerrás los ojos y ves qué imagen te genera esa música en la cabeza. Generalmente esa sensación se repite en otras personas. La música de ‘A dónde vas’ te lleva al campo, al verde, a visualizar un horizonte, y de ello trata el video”, que fue dirigido por Thomas Trail, el mismo realizador del anterior, “Siento”. “Quedamos muy conformes porque el tratamiento de la imagen es muy interesante”, agrega el guitarrista Diego Kurz.

-¿La industria de la música estipula una cantidad de videos que “hay que tener” para continuar vigentes?
(Miguel) -Tratamos de no engancharnos en pensar en lo comercial, que sería toda la otra parte del laburo. Hacemos música y queremos que nos escuchen, pero sin desesperarnos.

La era de las redes sociales está instalada entre los jóvenes y muchas bandas las utilizan como vehículo de contacto directo con los fans. En el caso del video, El Bordo realizó una encuesta vía web para conocer cuál era el tema favorito de los fanáticos. “Como banda utilizamos Facebook y la web pero yo, a nivel personal, no lo uso”, cuenta Miguel aunque reconoce su utilidad: “Antes el contacto directo lo generabas desde otros lugares. Internet es una nueva posibilidad y la aprovechamos. Quizá si fuésemos de otra generación estaríamos más reacios al respecto. Antes nos pasaba que, si se suspendía un show, íbamos a la puerta del lugar por si caía alguien. Ahora lo anunciamos por la página y por Facebook, y se enteran todos. Además invertíamos en afiches y en otro tipo de publicidad que ahora pasa por internet”.

-¿Prefieren la majestuosidad de los grandes festivales o la relativa intimidad de las fechas autogestionadas?
(Miguel) -Nos gustan las dos cosas. En los festivales se junta mucha gente y tenés la posibilidad de compartir el lugar con otros músicos. Es divertido porque conocés el mundillo de cada banda. Tratamos de aprender lo bueno y descartar lo malo. Pero también esta buenísimo cuando organizamos una fecha: elegís el lugar, llegás temprano, montás la escenografía. Siempre organizamos nuestros shows, pero ahora tenemos otras posibilidades que también nos gustan.

(Ale) -En los festivales a veces es más incómodo, porque tenés que probar sonido y hay muchas personas que están observando. Pero igual los disfrutamos. Las dos experiencias son lindas, siempre y cuando se trate de hacer tu música.

“Historias perdidas” es el último material de El Bordo y el quinto en su historial. Todas las canciones se engloban en la historia que cuenta el primer tema del disco: la de dos personas que fueron detenidas y separadas. Una vez liberadas, perdieron todo contacto entre sí, ignorando cada uno el destino final del otro. Veinte años más tarde se reencuentran. “A partir de ahí, todos los temas del disco recorren esta temática. Todos están contando esta historia”, explica la voz del grupo y asegura: “Pasa que cuando tenés algo que decir las canciones adquieren otra potencia”.

La historia de El Bordo es parecida a la de muchos pero, a fuerza de trabajo y capacidad, llegaron adonde querían. Todo comenzó cuando eran un grupo de amigos que iban a la misma escuela y se reunían para tocar porque la pasaban bien: “Nos divertía mucho juntarnos a ensayar; era el mejor plan cuando salíamos del colegio. No pensábamos más allá de eso aunque siempre lo hicimos con compromiso”, dice Miguel. Por su parte, Ale agrega: “Si no hiciera esto no sé lo que haría. Siempre quise tener una banda para sacar toda la música de mi cabeza. Quería tocar mis canciones, grabar y escucharlas. Si no tuviéramos la música estaríamos muy frustrados”.

-Pareciese que falta en Baires un lugar para tocar con la mística que supo tener Cemento.
(Diego) -Es difícil encontrar algo así pero se puede generar otro espacio bien roquero.
(Miguel) -Cemento tenía esa cosa under donde veías siempre las mismas caras. Desde lo personal, opino que Groove puede tener algo de eso. El hecho de ser chico, angosto y alargado, parecido al viejo hangar.

ACERCA DE LA JUVENTUD
Ale Kurz (voz), Miguel Soifer (batería) y Pablo Spivak (bajo) iban juntos a la prestigiosa escuela pública Carlos Pellegrini. En sus pasillos se gestó lo que hoy conocemos como El Bordo.

Respecto de las tomas llevadas adelante por los estudiantes de las escuelas públicas de Buenos Aires, Miguel opina. “Se basaron en un reclamo genuino. Además cuando los escuché por tele, sobre todo al presidente del centro del Mariano Acosta, me pareció que hablaron muy bien. De manera centrada y coherente”, mientras Leandro recuerda entre risas cuando vio a “uno de los estudiantes en una entrevista con (Eduardo) Feinmann por C5N y el pibe le pintó la cara”. 

Diego trae al centro de la escena un problema de discriminación que se da hacia el interior de la educación: “Hay disparidad. Por un lado, en Córdoba están haciendo un edificio para Económicas que es una cosa deslumbrante y, por el otro, no hay un edificio único para Sociales. Que se hagan diferencias entre las carreras está mal porque el país necesita todo tipo de profesionales. Son inversiones que en principio parecieran no ser rentables pero es al revés, porque tienen que ver con la comunidad y con la gente”.

-¿Cómo ven a la juventud en general?
(Diego) -Hay un vuelco a la participación, que se daba en los 70 pero no en los 90. Que vuelvan a aparecer esas banderas y que los chicos se movilicen es bueno.
(Miguel) -Creo que tiene que ver con el marco regional que se está dando en Latinoamérica. Es un período único.
(Leandro) -En los 90 primaba el modelo neoliberal, muy individualista y de competencia medio salvaje, todos contra todos. Con este aire nuevo la gente está cambiando la forma de pensar.
(Ale) -Los pibes prestan mucha atención a las letras. Se saben todos los temas y, si no se identifican con lo que dicen, no las cantan. Pareciera que vienen con un disco rígido más grande. Investigan y se meten con el contenido.

La muerte del ex presidente Néstor Kirchner despertó en muchos jóvenes una necesidad de militancia que se reflejó en las calles de la ciudad. “Es llamativo ver cómo a la gente le pega la muerte. Hoy Pappo llenaría un River, pero cuando estaba vivo no sé. Con Luca pasó algo similar, con Jim Morrison también. Pero es positivo que haya movimiento”, opina Miguel.

Fuente: www.cronica.com.ar/diario

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